EL DIARIO DE AVELINA (CAPÍTULO VI)

by - 17:05

Te perdiste los anteriores capítulos del diario de Avelina, no te preocupes haz clic aquí



Cuando fui a levantarme para ir hacia la bodega, noté que el vino, aunque de reserva, me había dejado un poco achispada, el mundo me parecía maravilloso. En aquel momento, mira por donde, sonaba la canción de Mancini, Moon river, la que sale en Desayuno en diamantes, me encanta esta película. No podía sentirme mejor. Además, Toni , había tenido el galante gesto de ayudarme a levantarme, bueno ya me entendéis, no necesito ayuda, pero él me había ofrecido el brazo para que me apoyara, me sentí una señorita.


       -Que canción más buena- dije.

       -¡Vaya!, este Mancini, era un genio-dijo Toni
       -Sí, y la película me encanta. Audrey Hepburt sale tan guapa. Mi padre, cuando era joven, la encontraba preciosa y todos sus amigos se metían con él, le decían “que dices si está en los huesos”, jejeje
           -¿En serio?
           -Sí, a mi lo que me mata es cuando veo a Anibal, del Equipo A, haciendo de escritor en la peli, luego cuando hace un rato que lo ves te olvidas de Equipo A, pero siempre me da la sensación de que va a salir M.A Barracus.
         
           -.A mi me pasa lo mismo, eso es porque Anibal es un personaje importante de nuestra infancia.

             -Supongo.

           -Venga chicos que os estamos esperando-dijo Isabel.


    Nos hizo un gesto con la mano para que la siguiéramos. Yo me adelante y entonces, como quien no quiere la cosa ,Toni me puso la mano en la cintura, para invitarme a ir delante, un gesto sencillo, que para mi sorpresa, me ruborizó, sentí un cosquilleo por las piernas, como un tembleque agradable de esos que te hacen suspirar, duró un instante, algo fugaz, un poco más, que el propio gesto de Toni, se quedó a mi espalda, por suerte, ya que así no vio mi cara de sorpresa. Cuando nos acercábamos a la puerta de la bodega, oímos un ruido, y un grito. Nos asomamos y vimos a Isabel al pie de la escalera, en el suelo, aguantándose el tobillo derecho.

    -¡Isabel! ¿Te has hecho daño? -Gritó Simón.
    - Me duele mucho el tobillo, que caída más tonta, putas cuñas.

    Sin duda sacó su lado oscuro, ¡Putas! Jejeje, mi problema surgió, cuando la vi en el suelo, tengo este defecto, me eche a reír, a lo que Toni y Simón me miraron con cara de espanto, pero no lo puedo evitar, me da la risa.




    -Lo siento, jajaja, ¿estás bien Isa?, jejeje.


    -Me duele el tobillo-sin duda me miraba con cara rara, no me extraña, me estaba destornillando, lo intentaba disimular, sin mucho éxito, pero por lo menos lo intentaba-.
    -Me parece que tendremos que llevarte a urgencias- dijo Toni.
    -¿Puedes tú?-Dijo Simón.
    -Sí, llama a un taxi. Avelina, ayúdame a subirla arriba.

    -Vale.


    Cuando estuvimos por fin en la calle esperando al taxi, me despedí ya que eran las 15:30, y tenía que volver a la oficina.

    -Lo siento por las risas, Isa, es que me da la risa cuando se cae alguien, es un defectillo que tengo.
    - No te preocupes, mira llega el taxi, venga dos besos.
    - Bueno Toni nos vemos en la oficina.
    - Venga Avelina, hasta luego.

    Me fui andando, avergonzada por las risas. Sin duda Toni debía pensar que era imbécil, con que cara me había mirado, sin duda he hecho el ridículo pensé.

    Cuando llegué a la oficina fui a mi mesa y me senté rememorando la estupenda comida que había tenido y lo mal que había quedado. Estaba un poco agobiada. Menos mal que empezó a sonar el teléfono y las tareas pendientes dejaron mi mente en blanco, por lo menos el tiempo que quedaba de la jornada. Un rato antes de terminar, llegó Toni, un poco agobiado, por lo tarde que se había hecho, o eso me pareció, ya que le vi entrar desde mi mesa, no vino a verme lo cual empeoró mi sensación de haber hecho el ridículo. Me resigné a trabajar y de repente recordé que había quedado a las nueve, no se si tengo ganas pensé y sobre todo no creo que tenga hambre, pero ahora ya no lo podía anular. Y a las 7 en punto me levanté para irme, y dude un instante en ir a saludar a Toni, y al final hice lo que siempre hago muy bien, irme. Aún así le mandé un mensaje a Isabel para preguntarle como estaba, me contestó enseguida, esguince en el tobillo, y que no me preocupara por las risas, añadió. Menos mal, que por lo menos ella no se había enfadado.

    Salí un poco antes no por la cita que era a las 9, sino porque necesitaba hablar con Susana y por suerte había quedado con ella en el gimnasio, quería contárselo todo. Imaginaros la mala sensación que se me había quedado que estaba dispuesta a soportar la bronca por haber quedado con Darío.

    Habíamos quedado enfrente del gym a las 19:30. Cuando llegué, todavía no había llegado, por suerte el gym queda muy cerca de mi casa así que me daba tiempo a desahogarme en la piscina con unos buenos largos e ir a casa a cambiarme para estar lista a las 9. Cuando llegó lo primero que me dijo fue.


    -¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?

    -He hecho el ridículo.

    -¿Y eso?

    Le conté la historia de la comida y lo de las risas de cuando Isabel se cayó, y para mi sorpresa se echo a reír, lo cual me desconcertó aún más.
    -Menos mal que me animas.

     -No exageres Avelina. Y luego, cuando Toni ha vuelto, ¿ qué te ha contado?

     -Nada, se ha ido directo a su despacho.
     -¿Y no has ido a preguntarle por Isabel?
    -No, ya me conoces, me ha dado palo.
    -¡Que barbaridad Avelina!, siempre estás igual, quedas mal de gratis.

    -Jo, no me digas eso, además he quedado con Dario para cenar y ahora mismo lo que quiero es irme a dormir hasta mañana como mínimo, y por que tengo que ir a trabajar que sino…

    -Ah al final has quedado con el gili, desde luego eres un genio.

    -Me ha dicho que solo es una cena, además cuando me ha llamado iba camino del restaurante con Isa y su amigo nuevo, y no tenía muchas ganas de ser una mujer prudente.
    -Y tú, te has creído lo de que, sólo es una cena.

    -Sí, además ¿qué puedo perder?


    -Nada supongo, bueno da igual, ya eres mayorcita y me siento estúpida aconsejándote, sobretodo cuando pasas olímpicamente de mí.
    -No es verdad, yo no paso de ti, y lo sabes, pero no podemos estar siempre de acuerdo ¿no?, venga no te enfades. Mira no hay mal que por bien no venga, me has quitado el mal rollo de las risas.
    -Yo por eso no me preocuparía, tampoco es para tanto, ahora que lo de no ir a saludar a Toni, ha estado de más.
    -Él tampoco me ha dicho nada, así que estamos a la par.
     -También es cierto, venga a nadar que sino, no llegas a la “Súper cita”.

     -Ya verás que me lo paso bien.


    Cuando salí de la piscina estaba como nueva, Susana me esperaba para el jacuzzi, unas burbujitas siempre sientan bien. Cuando terminamos me fui a casa . Ya me había hidratado y peinado, sólo hacía falta un buen look y un poco de maquillaje para volver a ser yo. En cuestión de segundos estuve lista y sonó el timbre. Bajé, Dario me esperaba, hacía mucho que no le veía, y para mi sorpresa estaba reluciente, ¡que tío más guapo!.

    -¡Hola!
    -¡Hola!- Le contesté.
    - ¿Estás preparada para la cena de amigos?
    - Sí, jejeje
    -Pués venga, vámonos que tengo una sorpresa.


    You May Also Like

    7 comentarios

    1. Que chula la idea de la novela, por entregas, ahora mismo me leo los capítulos anteriores, sí,sí, me gusta.

      ResponderEliminar
    2. madre mia! q historia! todo eso lo has escrito tú? enhorabuena! besos

      ResponderEliminar
    3. Me he enganchado y aún no he leído los capítulos anteriores. Deberías dedicarte a esto, de veras.
      Enhorabuena!

      ResponderEliminar
    4. Muchas gracias a todas! No os imaginais los ánimos que me dais a seguir. Besitos.

      ResponderEliminar
    5. bueno bueno como te lo curras! acabo de flipar!!
      me encanta
      beso

      ResponderEliminar
    6. cada día estoy más enganchada...tendrías que publicar dos veces por semana ;)

      ResponderEliminar
    7. k chulo!!!
      m ha encantado!!!
      sigue así quiero más!!!
      besitos

      ResponderEliminar

    Gracias por vuestros comentarios