Cuando me levanté de la siesta, recordé por que nunca hago la siesta, me levanto con una sensación de pesadez como si me hubieran sacado de dos metros bajo tierra, no se si es por que me quedo profundamente dormida, es como si a uno le sacaran de la cama a las dos ó las tres de la mañana, seguramente sí hiciera siestas de veinte minutos no tendría este problema, pero con lo bien que está en la cama cuesta salir. Había quedado con Toni que le llamaría cuando me despertara, ya eran casi las nueve, me dijo que ya estaba listo y que venía hacia casa así que corrí a ducharme.

Habíamos quedado en un restaurante indio, me apetecía, hacía mucho que no iba a ningún indio, tenía unas ganas tremendas de beberme una súper caña, en mi casa el indio lo tomamos con cerveza, y hacía días que no me tomaba una rubia. Quedamos directamente en el restaurante, yo no había estado nunca y me pareció muy bonito, estaba todo decorado con telas rojas de aquellas que tienen espejitos inscrustados, se respiraba un ambiente mágico, con la musica india de fondo, las velas, pintaba bien. Vimos a Juan Carlos en la barra, nos acercamos a él.

-Hola guapo.-Le dije.
-Hola.
-Mira os presento, este es Toni.
-Encantado de conocerte.-Dijo Toni.
-Igualmente.-Le contestó Juan Carlos.-Tomais una cerveza.
-Por favor, no sabes lo que me apetece.
-Y tú Toni, ¿tomas una?
-Sí claro.

Decidí tomar la iniciativa, la conversación estaba algo parada,  lo cual era normal, creo que a la que realmente le hacía ilusión el encuentro era a mi, de todas formas sí Toni iba  a ser mi novio debería ser amigo de mi mejor amigo, digo yo y tendrían que caerse bien independientemente de como se cayeran, es lo que tienen este tipo de relaciones, tus amigos por norma general sienten ilusión por conocer a tú novio, y tú novio siente interés por conocer a tus amigos. Aunque reconozco que a veces la fórmula no suele funcionar y no te queda más remedio si de un buen amigo se trata de aguantarte. El exnovio de Susana era un imbécil, en todos los sentidos nunca tuvo interés por ninguna de las amigas de Susana, menos con Marta, y no era por ella sino por su novio, y yo siempre que coincidía con él o quedamos hacía como sí me cayera de cine, es lo que haces por amistad. la verdad no sabía que tema sacar a conversación, así aunque no me lucí mucho recurrí al "¿qué has hecho hoy?".

-Y tú que te cuentas Juan Carlos ¿qué has hecho hoy?
-Nada especial, he ido a la oficina, me he tomado la tarde libre y me he ido a los cars.
-Qué guay.-Dijo Toni con una sonrisa de oreja a oreja y con cara de alucinado. A lo que ya me quedé enormemente sorprendida.-Hace un montón que no voy.
-A pués a mi me encanta, voy casi todos los viernes, cuando estoy allí desconecto totalmente. Si quieres te vienes el viernes que viene.
-Por mi encantado. Nosotros en la oficina terminamos los viernes  a las dos.
-Ya los sé, por Avelina.
-Qué guay.-A Toni se le puso cara de niño pequeño, como la imagen de un niño que espera ansioso la mañana de reyes, nunca le había visto esta cara y me enterneció, una pregunta me bastó para que el hielo se rompiera, y estos, mis chicos iniciaran una amistad, a la que no ponía pega, aunque me dejaran fuera de la conversación más del cincuenta por ciento del tiempo.

Durante toda  la cena que fue excelente, hubo una armonía estupenda entre los tres, y me llamó mucho la atención como Juan Carlos en presencia de Toni no me llamaba preciosa, guapa...no estaba acostumbrada me pareció una muestra de respeto enorme, y durante toda la conversación no nombramos en ningún momento a Rosa, tenía su lógica, no iba a hablar de ella delante de Toni, lo cúal hizo que Juan Carlos fuera ese chico alegre, divertido...que hacía una temporada que se había esfumado.

Tras la cena nos fuimos a tomar algo, y así concluyó la velada. De camino a casa.

-Me ha caido bien.
-No hace falta que lo jures.
-¿Se ha notado mucho?
-Sí, y me alegro.
-Me sabía mal.
-¿El qué?
-Saber cosas de la vida íntima de Juan Carlos.
-Bueno él también sabe cosas de ti, que tú no le has dicho.
-Visto así.
-De todas formas, sí algún día te dijera algo, por lo menos hazte el tonto.
-No te preocupes.-Y me dió un golpecito en la punta de la nariz. Yo le cogí del brazo y me acurruque hacia él.
-Se nota que sois muy amigos.
-Sí, le quiero mucho y pensar que hemos estado diez años sin saber el uno del otro.
-Enserio, parece que llevais toda la vida sin separaros.
-Fué como un paréntesis.
-¿y eso?
-¨Él se fué a estudiar a Barcelona, le hacía ilusión lo de irse a estudiar fuera. Al principio nos mandábamos cartas, nos llamábamos de vez en cuando, pero al final, nos distanciamos.-Me sentí culpable de ocultar detalles importantes de la historia, e intenté arreglarlo.- Bueno es más complicado que eso, pero hoy no tengo ganas de contártelo. Y va a parecer que tiene más importancia que la que realmente tiene ¿te importa sí hablamos de ello otro día?
-No hay `problema.
-Sabes eres genial, yo te presionaría para que me lo contaras.
-Pero tú eres una mujer.
-No sigas, que al final acabará mal.
-Tú crees.-Se hechó a reir.

Y entre piques, confesiones a medias, sonrisas terminó nuestra velada.