¡Hola! Leí una crítica de la novela Títeres con cabeza de Rocío Durán Bollo y quise leerla sí o sí, así que me hice con un ejemplar de inmediato. Está editado por la Editorial Letra Minúscula y, salvo error u omisión, creo que solamente se vende en Amazon, os dejaré el enlace más abajo.
Me atrajo muchísimo el hecho de que la novela estuviera escrita por una fiscal en activo, quizá a ello contribuya el hecho de que me dedique a lo jurídico y de vez en cuando me relaciono con ellos- aunque no tanto como mis compañeros de despacho- pero el caso es que me dije, ¿una novela policíaca/criminal escrita por una fiscal y protagonizada por una fiscal, qué puede salir mal? Esta reflexión la hago porque me encanta la novela policíaca o de investigación y supongo que por deformación profesional no puedo evitar fijarme en algunas barbaridades jurídicas que algunos escriben, supongo que el equivalente de lo que debía sentir un médico al ver Hospital Central. A ver, evidentemente, no espero que los tiempos literarios de la acción policíaca puedan ir al ritmo de la realidad ni nada parecido y, obviamente, puede y debe haber licencias literarias, pero hay cosas que son tan bárbaras que denotan poca seriedad a la hora de documentarse. Por otro lado, un fiscal como protagonista es una rara avis en la literatura española.
A todo esto hay que añadir que leí una entrevista que lawyerpress le hizo a Rocío Durán Bollo sobre su trabajo como fiscal. Se dedica esencialmente al tráfico de drogas y delitos conexos. En esa entrevista decía que trabajaba de forma permanente con grupos policiales que se dedican a la represión del narcotráfico, tanto de la Guardia Civil, como de la Policía Nacional y que trabajaba “codo a codo” con la policía y que eso provocaba que conociera los asuntos a investigar incluso antes de que comenzaran, así como el día a día de la investigación. Me pareció sumamente interesante lo que podía aportar a la ficción su trabajo como fiscal.
Reseña de la novela Títeres con cabeza de Rocío Durán Bollo.
Sinopsis:
Laura Lizaurz es fiscal de la Fiscalía Provincial de Madrid, donde llegó en una huida hacia adelante para intentar liberarse del yugo al que el terror la tenía sometida.
Cuando su vida se está estabilizando, empieza a tener pesadillas con una cría ahogada y un gato muerto. Ella lo asocia a un caso cuyo juicio está a punto de celebrarse por el asesinato de una niña. El homicida está detenido, hay pruebas suficientes para condenarlo, pero a Laura la atormenta no saber el móvil del crimen.
Por otro lado, un día recibe una llamada de su jefe. Este le cuenta que van a pasar por Fiscalía dos policías de la UDYCO y que les facilite todas las gestiones que soliciten.
Estos dos policías son Jaime Andradas y Rodrigo Olivares, que informan a Laura de que les ha llegado un fax de la DEA en el que se menciona un cargamento de cocaína procedente de Venezuela que entrará en el puerto de Vigo.
Laura, reticente al principio, se involucrará en la investigación de la UDYCO, aunque desenredar una madeja en la que se mezclan el narcotráfico y la corrupción pondrá patas arriba su vida y su forma de entender la justicia.
Opinión Personal:
Siempre os digo lo mismo y hoy no va a ser diferente. Qué difícil es hablar de una novela de corte criminal porque una siempre teme irse de la boca y no dejar para el lector lo mejor de este tipo de lectura por lo que, como viene siendo tradición en estos casos, no me voy a extender mucho con el argumento ni voy a analizar las tramas de forma exhaustiva.
En esta novela se tocan un montón de temas: corrupción policial, narcotráfico, desapariciones, el mundo penitenciario, etc y por tanto, hay también un poco de crítica social, aunque no es una crítica evidente o directa, sino más bien, la conclusión que extrae el lector de lo que lee.
Resalto que es una historia bien escrita, me ha gustado el texto. Salvo alguna que otra excepción la historia se cuenta de forma lineal en el tiempo. No hay una historia sino varias por lo que algunas van a converger finalmente. Debido a que hay varias tramas y subtramas también tenemos bastantes personajes, los cuales están bien construidos y caracterizados pero considero que algunos lo están más que otros, aunque tal vez esta sensación tenga que ver con el hecho de que hay historias que me han gustado más y precisamente ahí han estado los personajes que más he disfrutado.
La novela ha mantenido mi interés durante toda la historia que no es corta, 411 páginas. Me la leí en unos días, me enganchó aunque hay algún altibajo que no desmerece en absoluto el libro. Dicho esto no es un libro de esos que no dejan respirar de tan rápido que los lees pero, pese a todo lo que abarca en cuanto a temas, en general hay buen ritmo gracias a los capítulos cortos y la forma en que está narrado.
La historia de las niñas desaparecidas es la que más me ha interesado y además, en esta historia, creo que Laura Lizaurz, se luce más, ya que se implica de forma personal y creo que ese hecho ha favorecido el interés que me ha suscitado la historia porque creo que vemos a Laura de una forma más íntima, a esto hay que añadir que en esta investigación sale el inspector Carvajal, que pese a que es secundario, me ha gustado mucho, creo que podría tener mucho juego en el futuro. También me ha gustado la historia de la cárcel y las relaciones entre presos y creo que la relación entre Ricardo Gabarra y el Manco está muy bien desarrollada, con buenos diálogos. Son dos buenos personajes.
La trama de narcotráfico y corrupción policial me ha causado mucho interés aunque confieso que en un punto del libro la trama se enreda algo y desde mi punto de vista, la historia pierde velocidad y además aparecen otros personajes que si bien sirven para contar la historia y conocer más a Laura, ralentizan un poco la lectura. He echado de menos conocer más a Jaime Andradas y Rodrigo Olivares. Pese a que estos personajes son muy importantes me ha faltado que estuvieran más definidos, que se hubiera contado más de la relación entre ellos o entre ellos y Laura. Claro que esa relación está allí pero, desde mi punto de vista, no tan bien perfilada como lo está la relación entre el Manco y Ricardo Gabarra o entre Laura y Carvajal o por ejemplo, Laura y Jon. Más que nada lo que me falta es la química o la ausencia de ella. Otra cosa es la historia de Ricardo Gabarra, todo el misterio que luego conocemos, sin quitar lo dicho anteriormente, en cuanto a lo que me ha gustado este personaje, a mí no me resulta muy factible pero es ficción y no todas las historias pueden gustarme o encajarme.
Esto que os digo son pequeñas salvedades, unos granos de arena en una playa, porque disfruté de la historia. Me parece una buena novela y que estoy ante una escritora con mucho potencial, esta es su primera novela. Leí que era autoconclusiva pero espero que no lo sea, además el final me parece que da pie a otra novela, me gustaría ver a algunos de estos personajes en otra historia.
Me ha gustado el telón de fondo, no es una novela judicial pero al estar protagonizada por una fiscal vemos parte del día a día en los juzgados y también salen, anecdóticamente, los diversos papeles que jugamos todos en ese engranaje y ciertamente, está claro que este libro lo ha escrito un fiscal.
Conclusión: Si me dicen que mañana sale una entrega con algunos de estos personajes lo compraría sin dudarlo y si no salen, también.
¡Gracias por leerme!