Entrevista a Santiago Castellanos, autor de Gothia: Muerte en Barcinona

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¡Hola a todos! Hoy le hago una entrevista al escritor e historiador Santiago Castellanos autor de la novela que reseñé recientemente,  Gothia: Muerte en Barcinona. Surgió la posibilidad de esta entrevista y me encantó la idea. En ella podéis descubrir al historiador y al escritor pero también hay una sección más distendida en la que nos habla de sus aficiones y recomienda libros y películas. Espero que os guste tanto como a mí y disfrutéis conociendo a este autor.

Santiago Castellanos


He sabido que la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, va a publicar tu ensayo sobre el Reino Visigodo. Enhorabuena.

Muchas gracias. Es un trabajo de varios años, incluyendo una larga estancia en Estados Unidos contratado por la Universidad de Notre Dame, que puso a mi alcance todos sus medios para que pudiera escribir ese libro. Lo va a publicar Penn Press, la Universidad de Pennsylvania, que tiene un gran impacto en el mercado editorial universitario en Norteamérica, así que estoy muy ilusionado. Es un ensayo sobre cómo se formó y cómo empezó a funcionar el reino visigodo en Hispania.

-¿Por qué una novela histórica en Barcinona, actual Barcelona, año 415?

Es un momento muy interesante de la Historia. Es la primera vez que los godos vienen a Hispania. Estaban asentados en la Galia, pero el general Constancio, el hombre fuerte del Imperio occidental de Honorio, les presionó para que bajaran hacia Barcinona, actual Barcelona. Se ha de tener en cuenta que los godos, con el antecesor de Ataúlfo, su cuñado Alarico, habían saqueado Roma cinco años antes. Y con ellos estaba Gala Placidia, hermana del propio emperador Honorio. De hecho, Placidia se casó con Ataúlfo. En esos meses en Barcelona van a ocurrir sucesos muy llamativos, como el asesinato no de uno, sino de dos reyes godos. Y ese es el trasfondo político de la novela. He intentado componer un thriller, una no una narrativa de episodios militares, por ejemplo, que no me interesa. Espero y deseo que el lector disfrute con la intriga del thriller y que, al mismo tiempo, aprenda Historia. 

-Me interesa el proceso creativo de un escritor y más cuando lleva sus conocimientos en su campo a la ficción. ¿Crees que tu profesión te hace querer contar historias? Es decir, cuando investigas sobre los diversos acontecimientos históricos, ¿te surgen personajes ficticios o se trata más de ese momento histórico que quieres contar lo que te hace crear personajes que pueden hacer de hilo conductor? O ¿es una mezcla de ambas cosas?

Mi profesión, en este caso Profesor de Universidad de Historia Antigua, me permite tener la base de la época, pero al mismo tiempo en mi proceso creativo es un diálogo permanente. Porque se enfrentan en mi mente el científico, el académico, y el creador. En Gothia lo he resuelto de un modo que me llena como autor: los personajes más importantes son ficticios, pero el fondo es absolutamente histórico. Pero he pretendido que prime el thriller, la intriga, incluso el suspense, a una detallada descripción de personajes históricos que, en realidad, me interesa menos. Para eso ya escribo los ensayos (ríe). Y sí, como apuntas en tu pregunta, intento elegir un momento histórico que sea apasionante por su importancia, por las transformaciones que se vivieron: la Historia es, entre otras cosas, cambio.

-En la misma línea. ¿Siempre has querido ser escritor de ficción o surgió después?

No. La idea surgió mucho después. Siempre me ha vuelto loco la literatura y el cine, pero el ser creador de ficción ha surgido en una fase muy avanzada de mi carrera como profesor universitario. 

-¿Cuál es tu personaje histórico favorito?

Os parecerá increíble si os digo que ninguno. Ninguno me llena del todo. A todos les veo muuuuchas sombras. Debe de ser por mi profesión, claro. Lo que ocurre es que, siendo niño, algunos me influyeron para acercarme al mundo romano, que al final ha sido mi profesión. Porque yo enseño Historia de Roma en la Universidad. Pienso en Julio César: no es un personaje al que le tenga especial afecto y, sin embargo, cuando era niño me llamaba mucho la atención. Pero no tengo personajes favoritos, porque la Historia social nos enseña que los grandes personajes, grandes en el sentido de famosos o conocidos, tienen muchísimas sombras. Y que la luz de las fuentes y de la información nos suele dejar fuera a las masas de campesinos y de habitantes de ciudades que soportaban con penurias las supuestas glorias de esos personajes más relevantes. Siento decepcionar con esta respuesta, probablemente.

-Qué herramientas usas para ambientar tus novelas. ¿Viajas a los lugares de los que escribes?

Intento conocerlos, sí. He tenido la suerte de viajar mucho y eso te permite conocer de primera mano muchos de los lugares de los que hablas en las clases en la Facultad, en las conferencias, o en los libros. Además de eso, el conocimiento arqueológico de tal o cuál sitio, de uno u otro yacimiento, hace que puedas situar las acciones en lugares que razonablemente responden a cómo creemos que eran en la realidad. El último ejemplo es Barcelona. Además de conocer los yacimientos que son visitables hoy día, he estudiado con detalle las más relevantes publicaciones arqueológicas sobre los mismos. Si ambiento una escena en un baptisterio tardorromano, como sucede en GOTHIA, no solamente he visto el baptisterio, sino que he analizado con detalle toda la información científica de la que disponemos sobre él. Me tomo muy muy en serio la ambientación de la novela, no solamente por ser profesor universitario, sino como creador.

-¿Qué buscas llevando tus conocimientos históricos a la ficción?

Divulgar, llegar al gran público, intentando que el lector aprenda y que se entretenga. Una trama de intriga, unos personajes que emocionen, permiten también explicar Historia. Normalmente lo hago en las clases de Facultad, en conferencias, en charlas, en artículos, en libros, en un ambiente académico. Creo que es bueno que el historiador profesional salga de vez en cuando de su torre, de nuestra torre académica, para explicar los cambios profundos de la Historia al gran público. La ficción, si mantiene la lógica de la Historia, esto es, si no produce contrafactuales y cuestiones que van contra lo que sabemos de los procesos históricos, es una manera de divulgar para llegar a miles de lectores. 

 -¿Estás escribiendo una nueva novela? 

Sí. Es una novela histórica, en clave thriller, con varios crímenes, personajes de ficción aunque con fondo absolutamente histórico. Está ambientada en la época de los primeros herejes. Aunque mucha gente asimila la herejía con la Edad Media, en realidad las herejías empezaron en la Antigüedad romana, como el propio cristianismo. Mi novela será un canto a la tolerancia, de la que tanto necesitamos también hoy día, por cierto. La intolerancia supuso que se eliminasen otras formas de pensamiento que no coincidían con lo que el Imperio decididó imponer oficialmente. Ese es el ambiente de la novela que estoy escribiendo. Suena un poco lúgubre, pero habrá también rayos para la esperanza. 

 - Recomienda tres libros de novela histórica que te encantaron.

Por supuesto, Yo, Claudio, de Graves, y Juliano el Apóstata, de Gore Vidal, en autores extranjeros. En España hay muchísima y muy buena este momento, y mis colegas escriben libros fascinantes. Citaría muchos, pero apunta El Ejército de Dios, de Sebastián Roa. 

-¿Qué género literario te gusta más?

La novela negra. También leo poesía. Me gusta mucho y releo con frecuencia a Gil de Biedma, por ejemplo.

- En Hablemos de libros, hablamos de todo tipo de historias, no somos elitistas y creo que hay un libro para cada ocasión, mi madre compara los libros con la ropa y a mí siempre me ha gustado la comparación pues creo que hay un libro para cada estado de ánimo. ¿Qué opinas de los bestseller y de la gente que no lee libros que son un éxito de ventas?

El mundo del libro, como el cine, es cultura, pero ambos son, a la vez, industria. Guste o no. Y tanto las películas exitosas en taquilla como los libros bestseller hay que respetarlos. Puede que a veces nos gusten y otras no. No me gusta demonizar. Fenomenal si se venden mucho. No tienen por qué ser malos. Más bien al contrario. Y tampoco criticaría nunca a las personas que solamente leen bestseller. Ni yo ni mi círculo personal y de amistades participamos de esa idea, pero lo respeto profundamente. Respeto menos a quien no lee absolutamente nada pero pontifica de todo. Eso es peor (ríe).

 -Cómo compaginas la familia y los amigos con tu trabajo y la escritura, ¿se sacrifica mucho?

Sí, es muy complicado. En mi caso tenemos dos hijos, aunque mi esposa y yo hemos decidido separarnos, afortunadamente en buen entendimiento. Esta temporada todo ha sido muy complicado, muy triste, y estoy intentando dar todo de mí para la nueva novela. En cuanto al trabajo, tengo la suerte de viajar muchísimo para dar charlas en Universidades o centros desde los que me invitan. Eso tiene un coste personal, en cualquier caso. Para uno y para quienes les rodean.

-  Por último, como hacemos con todos nuestros entrevistados, una serie de preguntas que nada tienen que ver con tu profesión.

Santiago Castellanos


Papel o Reader/ Kindle…

Papel. Pero leo también en Kindle.

- Una tarde o mañana libre inesperada, ¿Qué haces?

Si puedo, leer o ver una película, preferiblemente anterior a 1950. Aunque últimamente me estoy traicionando mucho a mí mismo y estoy viendo mucho cine actual. 

Nombra la última novela que has leído.

Otro autor español, Jesús Valero: La luz invisible, una intriga entre el mundo actual, el medieval y el Antiguo. Quizás porque toca muchas cuestiones de mi profesión, y porque muchos escenarios son muy conocidos por mi origen (Rioja, País Vasco, entre otros escenarios de la novela), y está excelentemente escrita y planteada, me ha gustado mucho y es la última que he leído. También en Ediciones B, pero es mera coincidencia (ríe).

La última película que te gustó.

Como te digo, mi tendencia es al cine clásico: Billy Wilder, Howard Hawks y compañía, y especialmente el cine negro. Pero voy a citar dos películas españolas recientes que he visto estas semanas, la precuela de El Crack, de Garci, me ha evocado el Crack y el Crack 2, que marcaron mucho mi adolescencia porque en España no se hacía ese cine negro, salvo algunas incursiones meritorias. Y El Silencio de la Ciudad Blanca, está ambientada en una ciudad a la que le tengo mucho cariño por línea materna, Vitoria, y creo que ha logrado mantener el thriller durante toda la trama. Me han gustado las dos y son recientes. Ayer mismo he visto con mi hija mayor Puñales por la espalda, no sé si me gustó o no, pero me reí mucho. 

¿Tu comida favorita?

Me gusta mucho la paella valenciana. Tengo que decir, a riesgo de parecer prepotente, que la cocino muy bien, tardo casi cinco horas en hacerla. Me gustan muchos platos de la gastronomía internacional y también de la española, de todas sus regiones. Por ascendencia personal, de la vasca y de la riojana, también de la valenciana, pero me entusiasma la cocina catalana, la asturiana, la gallega, la andaluza… Podría estar hablando más sobre eso que sobre la Historia de Roma (ríe). Pero si tuviera que elegir una, me decanto por las chuletillas al sarmiento de mi tierra, La Rioja.

¿Qué aficiones tienes aparte de la historia?

Siempre fui deportista. Jugué al fútbol, al frontón, y ahora me conformo con salir a correr y con la bici. Soy muy (pero muy) futbolero, hincha del Real Madrid y del Logroñés. Pero mis otras grandes aficiones, además de practicar deporte, de ver el fútbol de mis dos equipos, y de leer literatura, es el cine (sobre todo el cine clásico, pero no me cierro a pelis actuales, como te decía antes) y cocinar. Me encierro a cocinar con frecuencia, sobre todo en malas épocas de preocupaciones etc. También preparo cócteles, aunque no muy extraños, sino los más clásicos: por ejemplo Dry Martini y, sobre todo y por encima de todos, el Manhattan que, como sabes, según algunas versiones, lo inventó la madre de Churchill. 

El último plato que cocinaste.

Fideuá de marisco. Con caldo elaborado previamente con nécoras. Mi fideuá lleva su verdurita picadita, su calamar muy picadito, sus mejillones, sus gambitas…

Tu bebida favorita.

El vino de Rioja, por supuesto. Pero me gusta mucho la cerveza, la sidra asturiana, el verdejo bien frío. También me gustan los cócteles, como antes te decía. Y, aunque no lo parezca, también bebo agua (ríe).

¿Cena en casa, en un restaurante o las dos cosas?

Depende de la situación. Yo soy muy casero, pero si la compañía es buena, tanto en pareja como con amigos, me encanta cenar fuera en todo tipo de restaurantes.

 ¿Tu estación favorita?
El invierno. Disfruto mucho la playa en verano. Pero me entusiasma el invierno. Yo no soy de León, ya os he comentado que soy riojano, pero me encanta esa sensación del frío leonés.

  No sales de casa sin tu…
Las lentillas o las gafas, porque si no no podría volver, ja ja ja.

 ¿Has ido de rebajas? ¿Qué compraste?

Jajaja, no, no he ido. ¡Ah!, ¡No! Miento. Compré un par de camisas de verano, pero no sé si eran rebajas, soy un desastre con la ropa (ríe).

 Un lugar al que siempre volvería Santiago Castellanos.

Mi ciudad de referencia es Nueva York, he tenido la suerte de estar nueve o diez veces, la mayoría por trabajo, otras no. Tengo ya una serie de sitios a los que me gusta ir cuando voy allí. Pero si hay un lugar en el que me reconozca son los viñedos de mi tierra. Especialmente en los de Rioja Alavesa.

Gracias por leernos.


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